sábado, 6 de diciembre de 2025

La mojarra, tesoro plateado

¿Conoces la mojarra? ¿Sabrías decir de quiénes son parientes muy próximos? 

¿Conoces el origen del término 'morralla'? 

Esto y más esta semana en #LaMarDeBiodiversidad 

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La mojarra: un tesoro plateado


La mojarra: un tesoro plateado


La mar de biodiversidad

Ignacio Henares Civantos


                Ejemplares de mojarra en el litoral granadino. litoraldegranada.ugr.es


La mojarra es un pez emblemático de nuestro litoral, uniendo en sí mismo belleza natural, adaptaciones ecológicas notables y un legado gastronómico arraigado en las culturas costeras. Este habitante de las profundidades es un auténtico símbolo de la rica biodiversidad del litoral granadino.


Su nombre científico es Diplodus vulgaris y es un miembro destacado de los espáridos entre los que se incluyen las diversas especies de sargos, las salpas y las doradas. Esta familia es esencial en los ecosistemas de fondos marinos del Mediterráneo, caracterizándose por ser peces robustos, con fuertes mandíbulas y dietas a menudo omnívoras.


La mojarra es una pieza clave del ecosistema marino cumpliendo funciones ecológicas esenciales como la regulación de poblaciones de invertebrados bentónicos, servir de presa a especies mayores (meros, lubinas y aves marinas) o mantener la dinámica ecológica de hábitats frágiles como las praderas de posidonia. Su abundancia la convierte en un eslabón fundamental de la vida en el litoral mediterráneo. La conservación de esta especie se asegura a través de la protección de las áreas costeras y la aplicación de tallas mínimas de captura.


Practicantes del esnórkel, buceadores y pescadores recreativos disfrutan habitualmente de su presencia en zonas muy próximas a la costa.

Morfología: un diseño inconfundible 



Posee un cuerpo ovalado, alto y notablemente comprimido lateralmente, con una cabeza ligeramente puntiaguda con una boca pequeña pero potente, con dientes capaces de triturar.


Su color base es un atractivo plateado, con reflejos grisáceos o dorados y con dos inconfundibles bandas verticales negras muy marcadas. Una de ellas está detrás de la cabeza, justo sobre el opérculo (tapa de las branquias); la otra está situada en la base de la aleta caudal. A menudo presenta finas líneas longitudinales de tono dorado a lo largo de los flancos.


Aunque puede alcanzar hasta 45 cm, los ejemplares más comunes rondan los 20-30 cm. La mojarra presenta un cuerpo robusto, compacto y perfectamente adaptado a la vida costera. La combinación de robustez y agilidad le permite maniobrar con rapidez y elegancia entre grietas y estructuras submarinas para alimentarse o refugiarse.

Hábitat y distribución


La mojarra es una especie costera por excelencia. Se encuentra desde aguas muy someras (menos de un metro) hasta profundidades de unos 50 a 70 metros. Prefiere fondos rocosos, arrecifes naturales y zonas de transición arena-roca, aunque es habitual encontrarlo en praderas de Posidonia oceanica y en las inmediaciones de escolleras, puertos y rompeolas.


La especie se distribuye por todo el mar Mediterráneo, el mar Negro y las costas atlánticas orientales, desde la península ibérica hasta el noroeste africano.


¿De qué se alimenta?


La mojarra es una especie omnívora con preferencia carnívora. Su fuerte dentición le permite raspar y triturar su alimento. Su variada dieta incluye crustáceos, moluscos, gusanos marinos, equinodermos y pequeñas algas, lo que le permite adaptarse con éxito a distintos ambientes de nuestro litoral.



                                        Banco de mojarras. litoraldegranada.ugr.es


Reproducción y ciclo de vida


Como muchos peces de su familia de los espáridos la mojarra presenta una curiosidad biológica: su hermafroditismo proterándrico. La mojarra nace y madura primero como macho. Al alcanzar cierta edad y tamaño (alrededor de los 4 años y 17 cm), el individuo puede cambiar de sexo y convertirse en hembra.





La época de reproducción en el Mediterráneo occidental tiene lugar entre finales de otoño y comienzos del invierno. La puesta es externa, con huevos pelágicos que flotan y se dispersan. Crecen en aguas poco profundas, donde encuentran refugio entre rocas y praderas marinas. Su crecimiento es rápido y puede vivir más de 6-7 años. Los jóvenes suelen formar bancos o cardúmenes que nadan juntos, mientras que los adultos se pueden observar en pequeños grupos o incluso en solitario.


Sabor local que nunca falla


La mojarra es una especie de interés comercial, aunque generalmente de valor moderado. Es un pescado de proximidad, fresco y sostenible cuando se captura de forma responsable. Su carne blanca, jugosa y de sabor suave es apreciada localmente, y su captura es común tanto en la pesca profesional (con redes y palangres) como en la pesca recreativa desde las rocas o desde embarcación.


Su tamaño la hace adecuada para múltiples preparaciones tradicionales:


A la plancha o a la parrilla, con aceite y limón, una de las formas más populares en la costa mediterránea.

Al horno, entera y acompañada de hierbas aromáticas como romero o tomillo.

En calderetas o suquets, aportando un sabor elegante y no excesivamente graso.

Frita, en ejemplares pequeños, típica en algunos pueblos costeros.


Significado histórico-etimológico


La palabra mojarra se ha convertido en un nombre común genérico y se aplica a una gran variedad de peces de cuerpo plateado en diferentes mares y ríos de distintas regiones del mundo.


Su significado original está relacionado con "algo afilado o puntiagudo" o "algo que sobresale", lo que haría referencia a la forma de su cabeza o, más probablemente, a sus dientes o a los radios espinosos de sus aletas.


En cuanto al nombre científico el género (Diplodus) proviene del griego diplos=doble y dous=diente, en alusión a los dos tipos de dientes que poseen (incisivos y molares).


¿Cómo distinguir la mojarra de otros sargos?


El género Diplodus al que pertenece la mojarra tiene otras especies presentes en la costa granadina que comparten algunas características morfológicas: cuerpo ovalado, comprimido lateralmente y de color plateado. Para distinguir unas especies de otras hay que fijarse especialmente en sus bandas, el perfil de la cabeza y el color de las aletas.


La mojarra (D. vulgaris) se caracteriza por dos grandes manchas negras, una en el arranque de la aleta caudal y la otra en el comienzo de la cabeza. Además tiene unas bandas longitudinales de color amarillo dorado muy difuminadas que recorren los flancos.


El sargo común (D. sargus) tiene una mancha negra anular, en forma de silla de montar, muy visible en la base de la cola. Cinco bandas transversales de color negro que no llegan hasta el vientre, con otras bandas verticales intercaladas menos aparentes. Todas se difuminan en los ejemplares adultos.


El sargo picudo (D. puntazzo) se distingue por su morro muy puntiagudo y saliente, de donde le viene el nombre, que le sirve para para arrancar algas y pequeños invertebrados de las rocas. En el cuerpo tiene bandas verticales oscuras, más finas que las del sargo común. En el pedúnculo caudal posee una mancha negra abierta en la parte inferior.


El raspallón (D. annularis) se caracteriza por la mancha negra anular muy marcada en la base de la cola. Es la especie más pequeña del género. Aletas de color amarillo.


El sargo imperial (D. cervinus) tiene las bandas verticales oscuras, muy marcadas y muy anchas (generalmente 5), que cubren casi todo el cuerpo. Es el más grande de todos los sargos y tiene los labios gruesos.





Representantes del género Diplodus en el litoral granadino. Arriba: mojarra (D. vulgaris). Centro: sargo común (D. sargus) y sargo picudo (D. puntazzo). Abajo: raspallón (D.annularis) y sargo imperial (D. cervinus).



¿Sabes qué es la morralla?



La morralla es una mezcla de pescados de roca y crías de otras especies pequeñas como escorpenas, gallinetas, ratas, arañas, corvinas, brecas, fanecas, capellanes, cintas, doncellas, herreras, salpas, serranos o los mismos alevines de las mojarras. Aunque no se usan normalmente como plato principal, son fundamentales para preparar caldos, sopas y guisos.


Originalmente era el pescado que se quedaba en el fondo de la red y no era el objetivo de la pesca. Al carecer de valor en las lonjas, suele quedarse para venta directa local o para el consumo familiar de los pescadores. La palabra morralla tiene la misma raíz que morro y morral y, aunque se sigue usando con su sentido original, ha vivido una extensión metafórica que le ha llevado a denominar al conjunto o mezcla de cosas inútiles y despreciables, sinónimo de quincalla o de chatarra, por lo que ha acentuado el matiz despectivo del término.


La gastronomía del Mediterráneo aprovecha esta depreciada (que no despreciada) variedad de pescados y mariscos de la morralla para la preparación de exquisitas sopas, arroces y cazuelas por lo que podemos decir que tenemos un sabor bueno para un nombre malo.


lunes, 24 de noviembre de 2025

¿Fallo o falla?

 Mi contribución al debate jurídico, político y lingüístico sobre la condena del Fiscal General del Estado. 


'¿Fallo o falla?' | El Independiente de Granada




¿Fallo o falla?

Sacando punta

Ignacio Henares Civantos


He tardado en escribir esta columna sobre la condena por revelación de datos reservados”, (art. 417.1 del Código Penal), al fiscal general del Estado. No he querido salir a la palestra ‘en caliente’, ardiendo más bien, sobre todo con la manera en la que la caverna mediática y la carcundia política ha respaldado el fallo, evidenciando que todo estaba orquestado en este sentido, incluso su publicación anticipada el 20N, reconociendo que la sentencia no estaba ni debatida ni redactada.


La palabra fallo deriva del latín afflare que indica “soplar hacia algo, rozar con el aliento, olfatear”. Muchas personas, hasta conocer este fallo, no se habían olido hacia donde iba a soplar una mayoría del Tribunal aunque era fácil intuirlo conociendo sus trayectorias, sus juicios y sus prejuicios. Era más que previsible que conociendo lo que se movía detrás de este proceso, en esta la palabra fallo se asemeje más a la otra recogida en el diccionario que deriva del latín falla, con el significado de “falta o defectoy que ha dado origen a la palabra falacia (=engaño, fraude, mentira).


La justicia se suele presentar provista de una balanza (inspirada en la diosa griega Temis) en la que se sopesan pruebas y argumentos. A partir del siglo XV se le añadió una venda en los ojos como símbolo de la objetividad e imparcialidad. Pero en el caso de la condena del fiscal general del estado, esta representación de la justicia no es válida porque aquí la justicia no se ha tapado los ojos para ser ecuánime sino que no ha querido ver lo evidente o, dicho de otro modo, ha visto solo con un ojo inquisidor que les ha llevado a pronunciar un fallo basado en un pre-juicio.


En lógica normal, si el juicio no hubiera sido tan raro, raro, si no hubiera estado tan trucado, el fallo hubiera sido la decisión que contiene la sentencia, palabra que también viene del latín, sententia, cuya raíz, (sent-) significa tomar una dirección tras haberse orientado. Pero en este caso me temo que estaba claro el sentido, la orientación en que se iba a producir, porque primero se produce el fallo y luego se conocerá la sentencia con toda su estructura de resultandos y considerandos en la que esta vez no podrá, salvo mentiras, incluirse hechos probados, por lo que este fallo es más bien una falla en el sentido de imperfección y desperfecto.


Pero también el fallo se ha convertido en una falla en valenciano (que en este caso deriva del latín facula=antorcha) porque está siendo utilizado como una señal del triunfo, una antorcha que ha empuñado la diosa de la libertad madrileña, pasando por arte de birlibirloque de cómplice del estafador delincuente confeso a víctima de una conspiración. Ya se cobró una pieza forzando la salida del anterior presidente del PP, convirtiéndolo en Pablo fra-Casado, al osar cuestionar su liderazgo y querer investigar el enriquecimiento ilícito de su familia. Este antecedente pesa mucho en su sucesor que cada vez que falla, cosa muy común dada su insolvencia, siente el aliento de la lideresa et al.


El fallo (puede interpretarse ahora en los dos sentidos) va a provocar una gran falla, en el sentido ahora geológico, una gran fractura en bloques, en la Justicia, en la política y en el conjunto de la sociedad. Una prueba son las escenas que circulan por las redes sociales en las que se ve y se oye como algunos han aprovechado el fallo para salir a la calle coreando la petición de un tiro en la nuca a Pedro Sánchez.


A pesar de la gravedad de los hechos no pasará nada, me temo que no se considerarán amenazas de muerte ni delitos de odio ni se investigará ‘prospectivamente’ a los autores y a los incendiarios que los provocan desde atriles, micrófonos, columnas o púlpitos. La Justicia, en general, falla al consentir y no perseguir estas conductas, y al no ocuparse ni preocuparse de este ambiente guerracivilista que está provocando la derecha extrema y la extrema derecha en sus ansias de echar al gobierno por los votos o por las malas.


A la espera impaciente del contenido de la sentencia, incluidos los dos votos particulares, me he entretenido en leer las opiniones de catedráticos de derecho penal, de jueces que no son del bando conservador (convertido ya en una ‘banda criminal organizada’), he cotejado en definitiva argumentos jurídicos, políticos y jurídico-políticos. De este análisis deduzco que la estrategia para adelantar el fallo servirá también al Tribunal para intentar blindarse ante la avalancha de críticas y, sobre todo, a los eventuales recursos que la defensa de Álvaro García Ortíz pueda plantear ante el Tribunal Constitucional y/o la Justicia Europea.


En este juicio lo único que ha quedado demostrado es que una parte de Poder Judicial es independiente... independiente y contraria al gobierno actual, (eso ha quedado acreditado fehacientemente), pero dependiente y directamente al servicio de las derechas, que están utilizando sus tentáculos políticos, familiares, económicos y mediáticos, para convertir en arietes contra Pedro Sánchez a determinados jueces colocados estratégicamente en puestos clave “por la puerta de atrás”, (como un senador del PP contó y es conveniente en esta coyuntura traerlo a colación), y ahora están cobrando sus favores y sus prebendas.


No son todos los jueces, ni siquiera todos los jueces conservadores, el señor nos pillara confesados, porque, si así fuera, podríamos ir desfilando de uno en uno con el carnet de identidad en la boca todos los ‘woke’, acusados del pecado/delito de ser sanchistas; les basta con unos cuantos jueces con mucho poder en el Poder Judicial, que están provocando una situación insostenible de gravísimas consecuencias, que ellos mismos no saben hasta donde pueden llegar.


Y lo más grave es que no les importa y, cobrada la primera pieza, no van a parar. Van a seguir p’alante en su objetivo y para ellos mucha gente somos sus ‘objetivos’, incluidos los periodistas libres e independientes que han recibido en este proceso un ataque sin precedentes. La cúpula judicial, aparte de otras componendas políticas han querido mostrar no sólo que son un Poder sino que tienen en buena medida “el Poder”.


En estas circunstancias, visto lo visto, porque todos hemos tenido acceso al juicio oral, si no se produce una contundente reacción social y política, ¿alguien duda de que el hermano y la esposa del presidente del gobierno no están ya condenados por algunos y solo falta su ‘ejecución’? Y a senso contrario, ¿alguien no tiene la certeza de que el novio de la Ayuso está más cerca de escaparse de sus múltiples delitos y de quedar como una víctima de una conspiración política?


Todos estos procesos de instrucciones tortuosas, con jueces que debieran ser recusados por parcialidad manifiesta, no tienen como objetivo juzgar sino condenar porque las sentencias se deciden antes del juicio, y fuera del ámbito de la justicia, y antes del fallo aunque se publiquen después. Todo lo que rodea a este circo está al servicio de una causa política: derribar al gobierno progresista y, si pudieran, a los partidos y sindicatos de izquierdas.


Solamente si lo que en mi tiempo se llamaba “el bloque social de progreso” toma conciencia de la gravedad de la situación, no se entretiene en minucias y mucho menos en polladas, y se concentra en defender el mínimo común múltiplo que les une, se podrá evitar la involución que ha asaltado ya el poder en buena parte de las democracias europeas y en los Estados Unidos de Trump. Lo ocurrido en Nueva York con el socialista Mandani es un foco que pueda alumbrar la dirección.


Reformulemos en este sentido y en defensa propia la máxima: El que pueda ayudar, que eche una mano, o al menos que la quite de encima, so pena de verse también golpeado, más temprano que tarde, por el manotazo neofascista que se asoma”.




domingo, 23 de noviembre de 2025

¿Qué eres más de lubina o de dorada?

 ¿Sabías que lubina viene de lupus=lobo?  Pero probablemente que róbalo, otro nombre con el que se las conoce también. 

¿Y que la dorada se denomina así por una franja de ese color en las 'cejas'? 

Esta semana en "La Mar de Biodiversidad" en Granada Hoy os cuento las diferencias y semejanzas de estos dos peces blancos. Y de propina unos consejos gastronómicos.

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¿Eres más de lubina o de dorada?

Y así quedó la versión impresa:


¿Eres más de lubina o de dorada?

  • Lubina y dorada suponen un duelo de sabores exquisitos de la dieta mediterránea.

  • Buena parte del consumo de estas especies procede de la acuicultura.



La lubina y la dorada son dos de los peces blancos más populares del litoral atlántico y mediterráneo. Con un gran valor comercial, son dos especies pilares de la pesca y la acuicultura. A simple vista pueden parecer similares pero pertenecen a familias diferentes y presentan características distintivas en su morfología, hábitat, ecología y comportamiento.

    Lubina. Gobierno de Canarias


Morfología

Aunque ambas especies comparten una forma ovalada y lateralmente comprimida, típica de peces marinos nadadores, podemos encontrar algunas diferencias clave para distinguirlos.

La lubina, (Dicentrarchus labrax) pertenece a la familia Moronidae y tiene una coloración plateada con el dorso gris azulado o verdoso con dos aletas dorsales separadas, la primera espinosa y la segunda blanda. La boca es grande con la mandíbula inferior prominente y dientes pequeños y afilados. Posee una notoria mancha oscura en el borde superior del opérculo.

                                            Detalle de cabeza de dorada

La dorada (Sparus aurata) se incluye en la gran familia Esparidae con 125 especies entre los que se encuentran muchas especies habituales de nuestro litoral como pargos, herreras, mojarras, salpas, bogas o sargos. Su plateado es brillante, a veces con reflejos dorados. Tiene una sola aleta dorsal larga y espinosa. La cabeza es más redondeada y robusta con boca pequeña con molares fuertes en la parte posterior. Su nombre deriva de una distintiva faja dorada, a manera de ceja, entre los ojos.

El tamaño habitual de las lubinas oscila entre los 30 y los 70 cm, pudiendo superar ocasional el metro en ejemplares grandes. Las doradas oscilan entre los 20 y 40 cm y rara vez llegan a los 60-70 cm.



Alimentación

Las diferencias morfológicas, especialmente en la boca y los dientes, reflejan hábitos alimentarios distintos.

La lubina es una especie eminentemente carnívora y depredadora, de hábitos principalmente nocturnos. Su dieta se compone de peces pequeños y alevines de otras especies, crustáceos y cefalópodos. Caza de forma activa, aprovechando su velocidad. El nombre de lubina proviene del latín lupus= lobo, debido precisamente a su comportamiento depredador, voracidad y la rapidez con la que ataca a sus presas, a menudo, en grupo. En otras regiones de España se le conoce como róbalo, que tambié tienen su origen en lupus que derivó en lobarro y por metátesis (cambio fonético en el que se altera la posición de los sonidos dentro de una palabra) se convirtió en esta nueva denominación.

La dorada es omnívora, con una marcada preferencia por organismos del fondo marino. Utiliza sus fuertes molares para triturar conchas de bivalvos (mejillones, almejas), pequeños crustáceos y erizos de mar. También consume algas y pequeños peces.






Comparativa de lubina y dorada



Hábitat y distribución

Ambas especies son eurihalinas, lo que significa que toleran amplias variaciones en la salinidad, pero presentan preferencias de hábitat. Mientras que la lubina es litoral y pelágica, frecuentando fondos rocosos, arenosos y praderas marinas, la dorada es muy costera con preferencia de fondos arenosos y fangosos, especialmente en lagunas costeras y estuarios.

La lubina se distribuye por el Atlántico oriental (desde Noruega hasta Senegal) y por el mar Mediterráneo. La dorada vive principalmente en el mar Mediterráneo aunque se encuentra también por el Atlántico (desde el Reino Unido hasta Cabo Verde).

En cuanto al comportamiento la lubina es más solitaria o aparece en pequeños grupos migrando hacia aguas más profundas en invierno. La dorada es más gregaria y menos migratoria.

    Dorada. Diputación de Málaga



Reproducción

La lubina es una especie con machos y hembras separados que se reproduce entre el invierno y la primavera. La dorada es una especie hermafrodrita protándrica, los machos maduran a los 20-30 cm., y las hembras 33-40 cm. Su reproducción se produce en otoño. Ambas especies producen multitud de larvas pelágicas. El crecimiento de ambas especies es muy rápido de ahí el éxito de su cultivo con fines comerciales.

Valor nutricional

La lubina y la dorada son pescados blancos que son considerados alimentos funcionales dentro de la dieta mediterránea. Proporcionan numerosos beneficios para la salud:

  • El bajo contenido en grasa saturada y la presencia de Omega-3 ayudan a mantener la presión arterial y el ritmo cardíaco estables.

  • El alto contenido en proteínas las hace ideales para deportistas, favoreciendo la regeneración muscular.

  • Las vitaminas del grupo B, el fósforo y el potasio contribuyen al correcto funcionamiento del sistema nervioso central, la memoria y la concentración.

  • Al ser pescados blancos, son muy ligeros y de fácil asimilación, recomendados para dietas suaves o para personas con problemas digestivos.



Consejos Gastronómicos


Para ambas especies, la mejor manera de honrar su calidad y jugosidad es cocinarlas enteras (limpias por dentro, pero con cabeza, espina central y escamas). Cocinar a la sal, es la técnica ideal para piezas de gran tamaño (1 kg o más). La capa de sal crea un "horno" natural que cocina el pescado en su propio vapor, dejando la carne excepcionalmente jugosa y tierna. Si se dejan las colas y las aletas dorsales fuera de la sal sabremos que el pescado está listo cuando estas se desprenden con facilidad.

También estos pescados van muy bien al horno con una base de patatas panaderas y cebolla. La lubina puede servirse con un majado clásico de ajo, perejil y un chorro de vinagre o limón al final. La dorada combina fantásticamente con ingredientes más mediterráneos, como tomate en rodajas, aceite de oliva y hierbas aromáticas (tomillo, u orégano).

La lubina, por su carne más firme y magra, es ligeramente más versátil para preparaciones en filetes bien a la plancha o en una sartén con la precaución de cocinarlos con la piel hacia abajo salvo apenas unos segundos al final. Abierta en mariposa puede consumirse también a la brasa.

La dorada tiene una carne un poco más delicada y un sabor que se beneficia de la asociación con mariscos y especias suaves. También puede consumirse a la plancha o frita aunque por su textura puede ser más propensa a desmoronarse si se manipula en exceso. El papillote es una técnica perfecta para la dorada. Para ello se envuelve el pescado con verduras y hierbas en papel de aluminio o de horno. Esto concentra los aromas y garantiza una cocción jugosa. Sus sabores se complementan con moluscos bivalvos (almejas, mejillones) y elementos que aportan sabor umami, tales como las anchoas o las alcaparras, en el horno.


sábado, 8 de noviembre de 2025

Entre el mar y el cielo: las gaviotas del litoral granadino

 En nuestra costa encuentran refugio, alimento y descanso a lo largo del año, diferentes especies de gaviotas

Unas son residentes, otras invernantes y algunas se pueden observar en los pasos migratorios

    Gaviota patiamarilla en vuelo. Mariano Sevilla

Comienzo en La Mar de Biodiversidad las entradas dedicadas a las aves marinas acercándome a las especies de gaviotas que podemos ver en nuestro litoral. Intento explicar por qué Caco Senante se extrañaba de que hubiera gaviotas en Madrid y quitar la mala fama de estas aves por culpa de algunos de sus hábitos alimenticios, aunque no llego a las hermosas palabras de la canción de Silvio Rodriguez: 

Gaviota, gaviota, vals del equilibrio,

cadencia increíble, llamada en el hombro.

Gaviota, gaviota, blancura de lirio,

aire y bailarina, gaviota de asombro.

Adjunto enlace a la edición digital en @GranadaHoy:

Entre el mar y el cielo: las gaviotas del litoral granadino

Y así quedó la versión en papel:


La Mar de Biodiversidad

Ignacio Henares Civantos

Entre el mar y el cielo: las gaviotas del litoral granadino

En nuestra costa encuentran refugio, alimento y descanso a lo largo del año, diferentes especies de gaviotas. Unas son residentes, otras invernantes y algunas se pueden observar en los pasos migratorios.

Pocas aves simbolizan tanto al mar como las gaviotas, aunque a veces podamos ver a algunas de ellas alejadas de la costa. Cuando pensamos en gaviotas, es fácil imaginar un graznido sobre el puerto, un vuelo rasante junto al rompeolas o una silueta blanca que se recorta sobre el horizonte. Pero más allá de esa imagen cotidiana, las gaviotas son un grupo variado de aves fascinante, lleno de matices y de historias. En nuestro litoral, donde el Mediterráneo se abre paso entre montañas y cultivos subtropicales, las gaviotas protagonizan una parte del paisaje costero.

Las gaviotas son aves inteligentes con un gran éxito evolutivo y colonizador de diferentes hábitats. Se alimentan de peces, restos de comida, invertebrados o desperdicios humanos. Su comportamiento oportunista no es sinónimo de suciedad, sino una muestra de su capacidad de adaptación a entornos en los que los recursos naturales han sido transformados. Son capaces de seguir a los barcos para aprovechar los descartes, de detectar campos recién arados donde aflora alimento, o de esperar la bajamar para buscar cangrejos y moluscos.

En vuelo, su elegancia es innegable. El planeo sobre el mar, con las alas rígidas y los movimientos mínimos, es una lección de equilibrio, una danza entre el aire y las olas. En tierra, su actitud vigilante y sus llamadas estridentes reflejan una organización social compleja, con jerarquías, disputas y rituales.

Un litoral breve pero diverso

En los casi 80 kilómetros de costa que tiene la provincia de Granada hay una variedad de ambientes que van desde los acantilados de la parte de la Herradura o Calahonda a las llanuras litorales de Motril o Torrenueva, así como playas urbanas, desembocaduras de ríos como el Guadalfeo, zonas húmedas… Además el litoral granadino es un paso migratorio y posee un puerto pesquero lo que habilita la posibilidad de avistamientos de diferentes especies.

Uno de los puntos más importantes es la Charca de Suárez, en Motril, que actúa como refugio para centenares de aves durante todo el año. Aunque a menudo se asocia con garzas, ánades o fochas, también es un lugar privilegiado para observar gaviotas en reposo o en busca de alimento. Otro enclave fundamental es el Puerto de Motril, donde la actividad pesquera y comercial atrae diariamente a decenas (en ocasiones centenares) de ejemplares que aprovechan los descartes o descansan sobre los diques.

Las residentes todo el año


La gaviota patiamarilla (Larus michahellis) es la reina indiscutible del litoral granadino. Residente durante todo el año y reproductora habitual, se adapta con facilidad a entornos urbanos. Es una gaviota robusta, de manto gris claro y patas amarillas, que no duda en buscar alimento entre los barcos o en los vertederos cercanos. Su capacidad para convivir con la presencia humana la ha convertido en símbolo de nuestras costas.

En verano, las patiamarillas crían en los acantilados del litoral o incluso en tejados de edificios. Durante esas semanas se muestran especialmente territoriales, defendiendo con energía sus nidos y pollos. Es habitual ver a los jóvenes volando torpemente en julio y agosto, con su plumaje moteado y su vuelo aún inseguro. Esa mezcla de adultos y juveniles domina el paisaje, visual y sonoro, estival de las playas granadinas.

Las viajeras invernantes

Cuando el otoño enfría el norte de Europa, nuevas gaviotas llegan a Granada. La más común es la gaviota reidora (Chroicocephalus ridibundus), que llega en grandes bandos procedentes del Báltico o del norte de Francia. Es un ave pequeña, de porte elegante y ágil, reconocible por su vuelo rápido. Durante el invierno es común verla en la Charca de Suárez, en la vega motrileña o sobrevolando las playas de Salobreña. En esta época luce la cabeza blanca con una mancha oscura detrás del ojo, aunque en primavera adquiere su característico capuchón color achocalatado.


Junto a ella se deja ver la gaviota sombría (Larus fuscus), más grande y de dorso gris oscuro, que también procede de latitudes septentrionales. Prefiere los puertos y los barcos pesqueros, donde se mezcla con las patiamarillas, aunque su tono más oscuro y su silueta esbelta permiten distinguirla fácilmente. Es una visitante invernal fiel, presente desde octubre hasta marzo. También hay citas, escasas, como invernante de la gaviota cana (Larus canus).






Arriba. Dibujos de gaviota reidora, sombría y cana, invernantes en nuestro litoral. Seo Birdlife

Abajo. Dibujos de gaviotas que se pueden avistar en pasos migratorios. Seo Birdlife


¿Patiamarilla o sombría? La diferencia más obvia entre estas dos especies es el color del dorso: mientras que la patiamarilla tiene un dorso gris plateado, la sombría lo tiene mucho más oscuro, casi negro. Además la sombría es ligeramente menor y más estilizada con un pico más corto y menos robusto. Las patas de la patiamarilla, son más claras que las de la sombría.


¿Reidora o cabecinegra? Aunque tienen tamaño y figura parecida, podemos distinguirlas porque la cabecinegra tiene el capuchón negro más oscuro que cubre toda la cabeza, mientras que el capuchón que luce la reidora en primavera es de color achocalatado, mientras que en invierno muestra una mancha oscura detrás del ojo. También se diferencian por el plumaje de las alas en vuelo que en la cabecinegra tiene las puntas blancas o por el pico, más fino en la reidora.

Las joyas de paso

Durante los periodos de migración, especialmente en primavera y otoño, el litoral granadino se convierte en una auténtica pasarela de especies menos comunes. Entre ellas destaca la gaviota cabecinegra (Ichthyaetus melanocephalus), de aspecto limpio y elegante, con capucha negra y pico rojo intenso. Aunque hace unas décadas era una rareza, hoy se observa con cierta regularidad en playas y humedales durante el paso migratorio.

Otra especie de interés es la gaviota de Audouin (Ichthyaetus audouinii), una auténtica joya mediterránea. Esta gaviota, de plumaje blanco y gris perla, pico rojizo con punta negra y patas gris verdosas, es endémica del Mare Nostrum y fue durante años una especie amenazada. En la costa granadina no cría, pero se observan ejemplares dispersos, sobre todo en primavera, procedentes de las colonias de Almería o las Islas Chafarinas.

    Los temporales acercan a la tridáctila a la costa. SeoBirdlife

Y, en los días de temporal, el mar puede traer sorpresas. De vez en cuando se avista alguna gaviota tridáctila (Rissa tridactyla), una especie pelágica del Atlántico norte que rara vez se acerca a tierra salvo en situaciones meteorológicas extremas. Son apariciones breves pero muy celebradas por los observadores de aves locales.

Conservación y convivencia

La aparente abundancia de gaviotas puede resultar engañosa ya que no todas las especies gozan de buena salud. La gaviota de Audouin, por ejemplo, sigue siendo vulnerable y depende de colonias protegidas y pesquerías sostenibles. La patiamarilla, por otra parte, ha prosperado por la abundancia de basuras. La correcta gestión de los residuos sólidos urbanos, el cuidado y protección de los humedales y la reducción de plásticos en el mar son claves para mantener el equilibrio de las poblaciones de las diferentes especies y para minimizar la afección a estas aves, que a menudo ingieren materiales no comestibles o sufren enredos en anzuelos y redes.

Por otro lado, la convivencia en zonas urbanas plantea retos. Las gaviotas patiamarillas pueden causar molestias por ruido o por anidar en edificios, pero también cumplen un papel ecológico importante al eliminar restos orgánicos.

    La gaviota de Adouin es endémica del Mediterráneo. Seo Birdlife

+ Info:

  • La web de la ONG Seo BirdLife ofrece una guía completa de aves y cuenta con una sección dedicada a las aves marinas.

  • En litoraldegranada.ugr.es se recoge información de interés sobre todas las aves marinas de nuestro litoral.

  • Hay diferentes aplicaciones para dispositivos móviles en las que se puede participar en proyectos de ciencia ciudadana: eBird, iNaturalist, Observation.org